Los dos errores principales con el cuero en el diseño de interiores y cómo evitarlos

Leather samples for interior designers
Mobilier, éclairage, tissus, revêtements muraux, revêtements de sol ou cuir : les décorateurs d’intérieur répertorient souvent des centaines d’articles par projet, si ce n’est plus. S’il est impossible de connaître toutes les spécificités des articles et des matériaux, la maîtrise de certaines bases permet d’éviter des erreurs coûteuses.

En este artículo abordamos los dos principales errores a los que se enfrentan los interioristas al trabajar con cuero, a saber: si están encargando la cantidad correcta y si el cuero es adecuado para el uso previsto.

¡Después de leer este artículo, nunca volverás a equivocarte al encargar cuero para tus proyectos!

Encargar la cantidad de cuero correcta

Una de las principales dificultades que entraña el caso del cuero COL (por sus siglas en inglés), que ofrece al cliente la posibilidad de utilizar el cuero que elija, es encargar la cantidad de cuero correcta. Si te quedas corto, tendrás que encargar más y, por tanto, enfrentarte a la desagradable tarea de pedirle más dinero al cliente. Si el lote de teñido del envío original deja de estar disponible, es más que probable de que las pieles de un lote distinto no tengan exactamente el mismo aspecto. Por otra parte, encargar demasiado cuero supondrá un gasto excesivo, especialmente teniendo en cuenta que el cuero es caro.

Cómo encargar la cantidad de cuero correcta

A la hora de determinar cuántas pieles o cuántos metros cuadrados son necesarios para un proyecto, lo ideal es que el fabricante te indique cuánto necesitas. Pero ¿y si no hay nadie que te diga cuánto cuero necesitas? Esto puede suceder en el caso de los muebles a medida o a la hora de volver a tapizar muebles.

A continuación te contamos una forma sencilla de saber cuánto cuero necesitas para tu proyecto:

Utiliza la fórmula anglosajona «18 pies cuadrados por cada yarda de tejido»

En el sistema anglosajón, hay quien piensa que una yarda (0,91 m) de tejido es igual a 9 pies cuadrados (3’ x 3’). Sin embargo, esto no es así, porque el tejido suele suministrarse en rollos con un ancho de 54” (137,16 cm). Una yarda de tejido equivale a 1944 pulgadas cuadradas (54” x 36”, o 137,16 x 91,44 cm). Al dividir esa cantidad por 144 (la cantidad de pulgadas de un pie cuadrado), comprobamos que una yarda de tejido contiene físicamente 13,5 pies cuadrados (1,25 m2).

Así que, ¿por qué utilizar 18 pies cuadrados (1,67 m2) en lugar de 13,5 (1,25 m²)? Dado que las pieles de cuero suelen tener formas irregulares, en la fórmula se tiene en cuenta la parte que se desecha. En el sector se añaden 4,5 pies cuadrados adicionales (0,42 m2) para cubrir este factor de desecho, pues no todas las pulgadas cuadradas de cuero resultan utilizables.

Nunca puedes equivocarte si simplemente tomas las yardas de tejido y las multiplicas por 18. Luego, puedes hacer la conversión a metros. Por ejemplo, si una silla requiere 3 yardas de tejido (2,74 m), tendrás que encargar 54 pies cuadrados (5,01 m2), lo que aproximadamente equivale a una piel de cuero.

Cómo calcular cuánto cuero necesitas para superficies verticales

A la hora de trabajar con cuero para superficies verticales, como paneles de pared y cabeceros de cama, es fácil cometer un error de cálculo. Por ejemplo, si un cabecero requiere un panel de cuero que mide 40” x 70” (101,60 x 177,80 cm), quizá pienses que necesitas encargar 20 pies cuadrados (1,86 m2) (40 x 70 = 2800, dividido por 144 = 19,44). Pero, a diferencia de la tela, el cuero no se suministra en yardas o metros, sino que suele venderse por pies cuadrados o metros cuadrados y entregarse en pieles completas.
Por tanto, tu panel de 40” x 70” (101,60 x 177,80 cm) requerirá comprar una piel completa, que suele tener unos 50 pies cuadrados (4,64 m2). Eso puede parecer mucho cuero adicional. Para evitarlo, es posible buscar una forma de conseguir dos cortes iguales a partir de una única piel. Si el panel solo tuviera 28”-30” de ancho (71,12-76,2 cm), sería posible obtener dos paneles a partir de una piel, duplicando así el rendimiento y reduciendo el factor de desecho a la mitad.

Sin embargo, debido a las variaciones de tamaño de las pieles, para curarse en salud lo mejor es calcular un 50 % de desecho para las superficies verticales cuando trabajes con cuero. Si la pared mide 8’ x 10’ (2,44 x 3,05 m), en lugar de encargar 80 pies cuadrados de cuero (7,43 m2), deberás encargar 160 (14,86 m2), es decir, tres pieles grandes.

Elegir lo mejor para tus clientes: cuero con o sin tratamiento de protección

La primera pregunta que deben hacerse los interioristas a la hora de trabajar con cuero es para qué se va a utilizar. Pueden elegir un cuero por tener justo el color que están buscando o por enamorarse de la textura sedosa de un cuero en particular.

Por tanto, el interiorista ha de informarse del grado de protección que presenta el cuero, preguntado si es de fácil limpieza y mantenimiento y si se manchará fácilmente o se decolorará al exponerse a la luz solar directa.

Quizá te sorprenda que los cueros más caros suelen ser los que menos tratamientos de protección poseen.

Los cueros de precio más económico tienden a tener más protección porque sobre su superficie suele rociarse un pigmento, un tinte opaco a base de aceite, con el fin de ocultar sus defectos. Una ventaja importante este pigmento es que es sumamente duradero y aporta al cuero el tipo de protección que lo hace adecuado para lugares de uso intensivo. Por otra parte, los cueros puros sin apenas defectos no requieren pigmentación, por lo que cuentan con un acabado de anilina. Aunque la anilina, un tinte transparente a base de agua, aporta profundidad a la piel y permite apreciar su belleza natural, prácticamente no protege el cuero, o no lo hace en absoluto. En consecuencia, los cueros ásperos, como el nobuck y el ante, y los cueros sin tratamiento químico, como los cueros envejecidos, tienen tendencia a mancharse y a decolorarse por la exposición directa a la luz solar.

Diseño de interiores para empresas: elegir un cuero de fácil mantenimiento

Para lugares muy transitados, como restaurantes, vestíbulos de hoteles y comedores de residencias, deberás asegurarte de que el cuero resulte fácil de limpiar. Así, deberá presentar un revestimiento con agentes protectores para poder limpiarse con agua y con jabón o con un detergente suave. Deberías poder limpiar los líquidos derramados de inmediato. El cuero sin tratamiento de protección se mancha fácilmente: incluso el agua puede manchar algunos cueros sin tratamiento.

Tamaño de la piel de cuero

Los requisitos del cuero COL suelen basarse en una piel de vaca completa, que suele ser aproximadamente de 54 pies cuadrados (5,01 m2), o 3 yardas de tejido (2,74 m). Sin embargo, algunos cueros se suministran en pieles más pequeñas. Estos son algunos ejemplos:
Piel de ternera: De media 28-34 pies cuadrados (2,60-3,16 m2)
Ante: De media 18 pies cuadrados (1,67 m2)
Cuero grabado: Suministrado en mitades de pieles de alrededor de 27 pies cuadrados (2,50 m2) Su ancho no supera las 36” (91,44 cm).

Al trabajar con cuero, asegúrate de informarte del tamaño medio de cada piel, teniendo en cuenta que, cuanto más pequeña es la piel, mayor es el factor desecho. Especialmente si vas a tapizar un elemento grande, como un sofá modular, consulta al fabricante para saber si las pieles tendrán el tamaño adecuado. Si vas a usar cuero de ternera, por ejemplo, podría ser necesario utilizar pieles adicionales.

Cuero demasiado grueso o fino

Al trabajar con cuero, asegúrate de que tenga el grosor adecuado para el proyecto. El grosor del cuero para tapicería se mide en milímetros, con un grosor medio para el cuero de tapicería de entre 0,9 y 1,4 mm. Si el cuero es demasiado fino, existe el riesgo de que se desgarre, mientras que si es demasiado grueso, no se colocará ni coserá tan bien. El cuero grabado con un patrón, como de cocodrilo o avestruz, tiende a ser más rígido, por lo que puede no tapizar igual de bien que otros cueros.

Los interioristas suelen inclinarse por el cuero con curtido vegetal por su tacto, olor y belleza únicos. Pero ten en cuenta que el cuero con curtido vegetal es particularmente denso y grueso, por lo que no es adecuado para la tapicería, salvo para usos como inserciones o flejes.

Cómo determinar el rendimiento del cuero

Lo mejor es preguntar al proveedor qué rendimiento tendrá el cuero, cómo de fácil es de limpiar y si se decolorará al exponerse a la luz solar. También puedes hacer tus propias pruebas de superficie solicitando un corte de prueba, que se realizará en el mismo lote que las pieles que vayas a comprar. Cuando lo recibas, haz algunas pruebas con el cuero tú mismo. Por ejemplo, si el cuero se va a utilizar en un área de restauración, échale dos gotas de aceite de oliva, mantequilla o bebida carbonatada. Deja una de las gotas durante una hora y la otra durante 24 horas y comprueba si ha quedado mancha en el cuero y, en este caso, si puedes limpiarla con un paño húmedo.

En conclusión, cuando trabajes con cuero, deberás recabar toda la información posible para asegurarte de estar eligiendo el cuero adecuado para el lugar correcto, con el fin de evitar errores costosos en tiempo y dinero.

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